La gaita gallega

            LA GAITA GALLEGA
              ECO NACIONAL
A mi querido amigo D. Manuel Murguía.

             I
      Cuando la gaita gallega
el pobre gaitero toca,
no sé lo que me sucede
que el llanto a mis ojos brota.
Ver me figuro a Galicia
bella, pensativa y sola,
como amada sin su amado,
como reina sin corona.
Y aunque alegre danza entone
y dance la turba loca,
la voz del grave instrumento
suéname tan melancólica;
a mi alma revela tantas
desdichas, penas tan hondas,
que non sé deciros
si canta o si llora.

            II
      Recuérdame aquellos cielos,
y aquellas dulces auroras,
y aquellas verdes campiñas,
y el arrullo de sus tórtolas;
y aquellos lagos, y aquellas
montañas que al cielo tocan,
todas llenas de perfumes,
vestidas de flores todas,
donde Dios abre su mano
y sus tesoros agota;
mas, ¡ay!, cómo me recuerda
también que hay allí quien dobla
en medio de la abundancia
al hambre la frente torva,
no acierto a deciros
si canta o si llora.

            III
      Suena, y cruzan por mi espíritu
puras, risueñas y hermosas
las sombras de los cien puertos
de que Galicia es señora.
Y lentamente pasando,
como ciudades que flotan,
van sus cien naves soberbias
al ronco son de las olas;
mas, ¡ay!, cómo en ellas veo,
con el oro de sus costas,
sus tiernos hijos desnudos
que miran tristes a Europa,
pidiendo su pan amargo
a la América remota,
no acierto a deciros
si canta o si llora.

            IV
      ¡Pobre Galicia…! Tus hijos
huyen de tí o te los roban,
llenado de íntima pena
tus entraña amorosas.
Y como a parias malditos,
y como a tribus de ilotas
que llevas en el rostro
sello de infamia o deshonra,
¡ay!, la patria los olvida,
la patria los abandona,
y la miseria y la muerte
en
su hogar desierto moran.

Por eso, aunque en son de fiesta
la gaita gallega se oiga,
no acierto a deciros
si canta o si llora.

             V
      ¡Espera, Galicia, espera!
Lleva la cruz que te agobia,
regando con sangre y lágrimas
esa vía dolorosa.
¡Tendrás sed…! Hiel y vinagre
te darán con mano pródiga,
y con corona de espinas,
cetro de caña por mofa;
pero los tiempos se acercan,
y cuando suene tu hora,
feliz subirás y grande
a la cumbre de la gloria.
Hoy, si la gaita gallega
el pobre gaitero toca,
no acierto a deciros
si canta o si llora.

                            1860
                Ventura Ruiz Aguilera

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